miércoles, 11 de julio de 2012

A Dios

En el hoyo de lo más recóndito
En la profunda soledad de mi mirada divagada y confusa
Veo tu mano acercar 
Y me pregunto si me irá mal
¡Tonto pensamiento¡
Pues me conoces más que a mí mismo
Y tus suaves heridas me confirman 
Cual marcas que en el tiempo han dejado senderos eternos
Y tu amor es la cura que vence la muerte
Ayer estuve triste, preso de angustia y miedo
Mas tan sólo tu manto siento en mi oscuridad
Y el paraíso me hace despertar, envuelto en ángeles
Y la mañana borra mi llanto y mis ganas de alejarme de ti
Mi silencio, en alegre oración se convierte en ti señor
Y mis miedos me los haces arrancar, tomando la amarga copa
Que en algún tiempo deseaste no tomar
Más tu amor lo aguantó, el mismo cariño que siento de usted
Ni siquiera la punta del talón soy digno de lavar
Más tú me diste a conocer, toda tu ternura
Y toda la hermosura de tus llagas prorrumpiendo en mi mente
Que la vida después de la muerte, no es más que un paso
Para poder a ti mi gran señor
Poder volver a verte.
SUD.

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